lunes, 7 de abril de 2014

Con el objetivo de concientizar, en el Día Mundial de la Salud 2014.

“Prevención de enfermedades transmitidas por vectores”, es este año el tema escogido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntando a poner el tema en agenda y tornarlo prioritario para la salud pública mundial.


Desde la Unidad de Promoción y Prevención de la Salud “Pretendemos aumentar la concientización sobre la amenaza que suponen los vectores y las enfermedades vectoriales; incentivando a las personas y comunidades a que adopten medidas de protección”.

Los vectores son organismos que transmiten patógenos, entre ellos parásitos, de una persona (o animal) infectada a otra. Entre los más conocidos están los mosquitos, las chinches, las garrapatas y los caracoles. Ellos son responsables de la transmisión de una amplia gama de enfermedades que afectan al ser humano o a los animales con enfermedades como paludismo, dengue, fiebre amarilla, chagas y filariasis.

Las enfermedades vectoriales representan un 17% de la carga mundial estimada de enfermedades infecciosas. La enfermedad de este tipo con mayor crecimiento a escala mundial es el Dengue, cuya incidencia se ha multiplicado por 30 en el último medio siglo. En Argentina, por ejemplo, entre diciembre de 2012 y mayo de 2013 se estudiaron 5270 pacientes con síntomas compatibles con Dengue. Respecto a la enfermedad de chagas, según información de la Organización Panamericana de la Salud, existen alrededor de 1,6 millones de personas infectadas y más de 300.000 afectados por cardiopatías de origen chagásico. Por su parte la fiebre amarilla, endémica en zonas tropicales y América Latina, causando unas 30.000 muertes en el mundo.

Patologías como estas son frecuentes en zonas tropicales y subtropicales y en lugares con problemas de acceso al agua potable y al saneamiento. A ello se suma el cambio climático, ya que las modificaciones ambientales pueden favorecer a los vectores. Asimismo el comercio, los viajes y la urbanización están teniendo gran impacto en la transmisión de estas enfermedades y haciendo que aparezcan en países en los que antes no existían.

Cómo protegernos:

Usar ropas que sirvan de barrera en la exposición a la picaduras de mosquitos.

La utilización de mecanismos para impedir el acceso de los vectores en las viviendas como el uso de mosquiteros en puertas y ventanas.
Tapar recipientes en los que se almacena agua, poner boca abajo baldes y palanganas, eliminar charcos y drenajes de los lugares en los que acumula el agua.

Retirar de los patios objetos sin utilidad como latas, botellas, neumáticos, trozos de plástico, lona, bidones cortados.

Proteger cuna o cochecito del bebé con tules mosquiteros.

Aplicar repelente evitando lastimaduras, piel irritada, las manos o cerca de los ojos y la boca. Evitar su aplicación excesiva y reiterada.

Fiebre amarilla: la vacunación es la medida preventiva más efectiva. Una sola dosis es suficiente para brindar protección de por vida. 

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