jueves, 16 de mayo de 2013

ENFERMEDAD CELIACA - ATENCIÓN PAPÁS


El súper héroe abandona los cuatro alimentos prohibidos  

Los padres deben estar muy atentos cuando el bebe comienza con la alimentación sólida.

Uno de cada 80 chicos en la Argentina padece esta enfermedad de intolerancia al gluten, presente en trigo, cebada, avena y centeno. Entre sus síntomas, diarreas, pérdida de peso, panza hinchada, mal humor y dolores de cabeza.

Cuando el bebé comienza a ingerir gluten, a los seis o siete meses hay que estar atentos para observar si lo tolera de manera correcta, ya que es la edad propicia para detectar los primeros signos de enfermedad celíaca. En Argentina, la sufren, en promedio, una de cada 150 personas. En el caso de los chicos, se la puede detectar en uno cada 80 de ellos.

“La celiaquía puede ser mucho más frecuente de lo que se cree porque de cada celíaco que se diagnostica hay ocho personas que no saben que lo son. Existe una baja sospecha por parte de los médicos, ya que es una enfermedad que es muy difícil de diagnosticar porque toca todas las especialidad médicas por su forma de presentación tan polifacética”, explica el doctor Christian Boggio Marzet, jefe de Gastroenterología Pediátrica y coordinador de grupos de trabajo del Hospital Pirovano. Agrega que afecta al 1% de los niños.

De qué se trata

La enfermedad celíaca es una intolerancia al gluten, proteína que existe en las harinas de trigo, avena, centeno y cebada,  que produce un daño en la pared del intestino delgado y altera la absorción de alimentos esenciales como proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas y minerales. De no tratarse, puede llevar a la desnutrición.

Boggio Marzet explica que es la enfermedad se desarrolla a partir de que el chico entra en contacto con el alimento. “Es raro percibirla antes del año, aunque sí se puede encontrar dentro del sexto o séptimo mes de vida. Desde que empieza a consumir el cereal hasta que se manifiesta la enfermedad a veces hay un período de tiempo de tres a cuatro meses”. 

Síntomas a atender

Entre los síntomas más frecuentes, se encuentran la diarrea crónica, la panza hinchada, pérdida de peso, fatiga, dolor abdominal, mal humor. Aunque en los chicos también puede darse un retardo en el crecimiento, síntoma por el cual los padres suelen consultar.

Sus síntomas variados  y engañosos han llevado a bautizarla como “la gran simuladora”, ya que, además de los mencionados, puede manifestarse asimismo con problemas de raquitismo, alteración en el esmalte de los dientes, úlceras en la boca, pelo escaso, dolores de cabeza.

 “El celíaco requiere de una actitud especial ante la vida, pero en los chicos esto tienen que lograrlo los padres. Es muy importante que ellos observen síntomas como diarrea, o si no engorda o no le crece el pelo, para colaborar con los médicos en el diagnóstico”, advierte el  doctor Eduardo Cueto Rúa, titular de Gastroenterología del Hospital Sor María Ludovica de La Plata. Agrega que no existe una prueba genética durante el embarazo para prevenirlo..

Destaca, asimismo, que según las estadísticas, es más común detectarlo en mujeres que en hombres. “Cada dos mujeres afectadas hay un hombre”, detalla Cueto Rua.

Hacia una respuesta
  
Ante la sospecha de la enfermedad, se hace una prueba de sangre y una biopsia que termina de confirmarlo. Se trata de una enfermedad de por vida, sin cura, por lo cual hay que tener el 100% de la certeza de su existencia, para que el profesional indique los pasos a seguir.

El tratamiento es fácil: alimentación libre de gluten. “Fácil es la palabra, aunque desde el punto de vista de la acción puede sonar complicado llevar una dieta sin gluten. Uno le explica a los papas que son chicos que no van a necesitar medicamentos ni estudios invasivos. Sólo tienen que respetar esa dieta, haciéndolo, su calidad de vida será excelente”, amplia Boggio Marzet.

En general, los pacientes llegan al nutricionista una vez que tienen el diagnóstico en mano y después de recorrer un largo camino. Según los especialistas, es frecuente que los padres tiendan a presentar una etapa de negación porque les cambia el hábito alimenticio de toda la familia.

La licenciada en Nutrición de la División Alimentacióndel Hospital Pirovano, Susana Dozo, dice que lo primero es ver en qué estado está el niño. “La forma en que lo acepta el paciente o su familia es muy variada. Desde la negación hasta la negociación para lograr la aplicación del tratamiento. En la primera infancia, los chicos son personitas que ya tienen su vida social y cambiarles la dieta supone esfuerzo y control para implementarla bien”.

Dozo señala que "no es un tratamiento donde se puede tener un permitido o licencia", por lo cual no hay excepciones a la regla, el gluten tiene que estar totalmente ausente de la dieta, ya que ante la más mínima transgresión puede producirse un retraso en el crecimiento o se puede derivar en enfermedades emparentadas, como la diabetes. 

Sin embargo, “el niño celíaco es un súper héroe cuando deja de comer los cuatro alimentos no permitidos. Entonces, no tiene más problemas”, sintetiza Cueto Rua.

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