La tuberculosis se contagia, fundamentalmente, por vía aérea, a través de las secreciones que la persona infectada expulsa al estornudar, toser, hablar o reírse. El bacilo sobrevive varias horas suspendido en el aire, lo que le permite invadir nuevos organismos una vez que es expulsado por el portador. La infección comienza en el momento en que las partículas son inhaladas. Luego se instalan en el pulmón y pueden provocar lesiones en su estructura. Además, la diseminación puede darse a través de la sangre o los ganglios. En Argentina contraen tuberculosis unas 14.000 personas por año. Aunque hay tratamientos farmacológicos eficientes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la tuberculosis es globalmente la causa de casi 2.000.000 de muertes al año. Las deficiencias en la alimentación, en las condiciones de salubridad y el hacinamiento, ayudan a la expansión de la enfermedad. El mayor número de las defunciones se presentan en las regiones menos desarrolladas del mundo. |
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