Bronquiolitis Infantil, Causas y
Tratamiento
La bronquiolitis en niños y bebés es una enfermedad respiratoria aguda,
frecuente en los primeros años de vida, en la que se afectan los bronquíolos,
la parte terminal de los bronquios. Varios estudios que
demuestran que la incidencia anual de la bronquiolitis infantil varía entre el
7 y el 20 por ciento, pero su presencia por hospitalización se estima entre el
1 y el 3 por ciento. Para prevenir esta enfermedad en bebés y niños, los
pediatras hacen hincapié en la lactancia materna prolongada.
Los
síntomas de la bronquiolitis en niños y bebés
La bronquiolitis en niños y bebés cursa igual que un cuadro catarral con tos y mocos;
posteriormente, afecta a los bronquiolos manifestándose clínicamente en forma
de dificultad respiratoria. El niño, probablemente, tendrá la nariz con
mucha mucosidad y fiebre baja durante dos o tres días. Luego, es probable que
empiece a toser, a respirar rápido y con dificultad, y a presentar sonido de
silbidos en el pecho durante otros dos o tres días.
Causas de
la bronquiolitis
Es una infección de los bronquios causada por varias clases de
virus, por tanto, está considerada como una enfermedad contagiosa. El virus que
causa esta enfermedad frecuentemente es el llamado Virus Respiratorio Sincitial
(VRS), que causa esta infección en el 75 por ciento de las veces. Produce
un cuadro catarral inicial y, poco tiempo después, desciende hasta los pulmones
dañando a los bronquios. Se dice que solo afecta a niños de menos de uno o dos
años por que en ellos la parte terminal de los bronquios es lo suficientemente
pequeña como para obstruirse en presencia de inflamación, impidiéndose el paso
adecuado del aire.
Durante
el invierno y principios de la primavera, la bronquiolitis es una de las
patologías más habituales entre los niños. Alrededor del 70 por ciento de
los lactantes menores de 12 meses son infectados por el VRS durante su primer
año de vida y el 22 por ciento desarrolla una enfermedad sintomática.
Tratamiento de
la bronquiolitis en niños y bebés
El diagnóstico se realiza mediante la auscultación de los pulmones.
En casa, es importante mantener al niño bien hidratado, con humedad ambiental,
lavados nasales frecuentes y aspiración de secreciones con perilla de goma.
Resulta útil colocar al niño en la posición de medio incorporado (para
facilitar la respiración) y la fisioterapia (palmaditas en la espalda y en el
pecho) para movilizar las secreciones de moco en los bronquios. La bronquiolitis
tiene una duración de una semana aproximadamente.
Mantener una hidratación adecuada para eliminar las secreciones,
ofreciendo líquidos por vía oral con frecuencia, y mantener una buena
permeabilidad nasal con suero fisiológico y aspirar secreciones es importante
para tratar la bronquiolitis. No se recomienda el uso de antibióticos de
manera rutinaria en niños diagnosticados de bronquitis aguda, ya que no
previenen ni disminuyen la severidad de las complicaciones bacterianas.
El
humo del tabaco es muy dañino para estos niños, por lo que los padres deberán
de abstenerse de fumar delante de ellos. Diversos estudios han demostrado
que una función pulmonar anómala puede prolongarse hasta 18 meses en los casos
de niños con madres fumadoras. De hecho, el 63 por ciento de niños asmáticos viven en
hogares con padres fumadores, hasta el 50 por ciento de la población pediátrica
es fumadora pasiva.
Consejos
contra la bronquiolitis en niños y bebés
Para el tratamiento de la tos,
los expertos recomiendan una hidratación oral abundante
con líquidos tibios y mantener la vía nasal libre mediante lavados nasales con
suero fisiológico. Asimismo, es aconsejable evitar las estufas que producen
aire caliente y seco.
Otra de las medidas que los pediatras aconsejan, una vez
cumplido el tratamiento:
- Posponer la vuelta a la guardería del niño para evitar nuevas infecciones, ya que parece demostrada una mayor susceptibilidad si la reincorporación es inmediata.
- Para mantener la humedad en el ambiente, se puede usar un vaporizador con agua fresca (no muy fría) en la habitación mientras el niño está durmiendo.
- Deja que el agua caliente corra en la ducha o en la bañera para hacer que el baño se llene de vapor y siéntate ahí con tu niño en caso de que este esté tosiendo con fuerza y teniendo dificultad para respirar.
Y no dudes en llevarlo al
médico, es un consejo del
Equipo de Pediatras del Hospital San Carlos.
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