viernes, 1 de junio de 2012

PEDICULOSIS



La pediculosis es tan antigua como la humanidad, pero en los últimos 25 años se considera en todo el mundo, a una epidemia. Por eso, esta enfermedad hoy se ha convertido en la preocupación constante de padres, docentes y niños de todos los grupos sociales.







El piojo es hematófago, es decir, se alimenta de la sangre del cuero cabelludo que succiona a través de dos piezas dentales especializadas en esta acción.
En la acción de morder el insecto inocula saliva que produce enrojecimiento y una molesta picazón.
Esta suele ser más intensa en la nuca y detrás de las orejas; los piojos prefieren esta localización por ser más cálida y húmeda.
Como el piojo defeca mientras se alimenta, puede contaminar la zona con bacterias con riesgo de infecciones por rascado, adenitis (aumento de los ganglios cervicales y retroauriculares) y manifestaciones alérgicas.

Cómo prevenir y controlar:
  • No utilizar peines, cepillos, sombreros, de personas infectadas.
  • No ponerse en contacto (cabeza a cabeza) con niños con piojos. Recordar que el parásito no vuela (no tienen alas) ni salta y por estos motivos es que el contagio se produce por contacto directo.
  • Los utensilios que utiliza la persona infectada (peines, cepillos, etc.) cuarenta y ocho horas antes debe colocarse en sustancias insecticidas por 15 a 20 minutos o inmersos en agua caliente durante diez minutos.
  • La ropa personal y de cama debe ser lavada con agua caliente o dejada en una bolsa cerrada herméticamente durante dos días.
  • El tratamiento debe extenderse a todos los convivientes y contactos sean o no familiares.

Ojo con las liendres! Cada liendre que no se saque, 
se convertirá en piojo después de ocho a diez días.




El ámbito escolar es donde más se disemina la enfermedad, por este motivo, hay que evitar que el niño concurra hasta que el pediatra le dé el alta.

El ámbito escolar es donde más se disemina la enfermedad, por este motivo, hay que evitar que el niño concurra hasta que el pediatra le dé el alta.
De esta manera se evitará que el chico se sienta discriminado frente a sus compañeros, ante la obligación que tiene el maestro de impedir su ingreso al jardín o la escuela para proteger a los otros niños.
La única forma de que esta epidemia sea desterrada es con la colaboración de los padres: Al detectar y tratar rápidamente cuando el niño esta infectado.
Al evitar que se ponga en contacto con niño con piojos hasta que estos estén curados.
La única forma de que no haya más visitantes en las cabezas de los niños es la responsabilidad de los padres.




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